OPINIÓN
Programa AcompañAR: ¿Cuál fue su impacto en nuestra ciudad?
Desde que asumió el nuevo gobierno se han desfinanciado y vaciado organismos, han finalizado programas destinados a personas en contextos de vulnerabilidad por diversas problemáticas. Asistimos a un show de crueldad inimaginable para quienes creemos en la política como herramienta de transformación social, un espectáculo pergeñado para el disfrute de unos pocos y la ruina de las mayorías.
Fue plataforma de campaña de Mieli y materia de ejecución una vez presidente socavar los derechos adquiridos en materia de géneros y diversidad sexual, como si esto de alguna manera podría mejorar la calidad de vida de la población. Por el contrario, no hay bien posible para su pueblo disolviendo herramientas que tienen como propósito terminar con las violencias desde la prevención, el cuidado, el acompañamiento y asistencia.
¿Cuál es el impacto real que tiene en nuestras vidas el cierre de organismos y programas? ¿Qué significa que el Estado intervenga para acompañar casos de violencia de género?
Lo decimos hasta el hartazgo, aunque lo niegue el Presidente: la violencia de género nos mata, y la salida es con un Estado presente.
Destruyeron mucho de lo conquistado, como el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad que ha tenido un impacto positivo para nuestra sociedad en el camino de la eliminación de violencias por razones de géneros. Con esto, terminaron con distintos programas de impacto real y concreto como el cierre del “Programa AcompañAR” dirigido a mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género de todo el país. Esto se suma a la extensa lista de decisiones que profundizan el deterioro social al que nos someten a diario.
El objetivo principal del programa, puesto en marcha en 2020 desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, fue fortalecer la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género. Consistiendo en brindar apoyo económico equivalente al Salario Mínimo, Vital y Móvil por 6 meses consecutivos a mujeres y LGBTI+, y acceso a dispositivos de fortalecimiento psicosocial para las personas incluidas, coordinado con los gobiernos provinciales y locales.
Gualeguaychú firmó el convenio en 2020 para implementarlo y, desde su aplicación, el programa abrió un inmenso abanico de posibilidades para más de 250 mujeres que atravesaban violencias por razones de géneros y pudieron acceder a este recurso por decisión de gobiernos que supieron poner en agenda la vida de mujeres en riesgo. Con un nuevo paradigma en el abordaje de estas problemáticas, su acceso no tenía como requisito excluyente hacer una denuncia, sino que los equipos interdisciplinarios del Ministerio evaluaran el riesgo para otorgar el alta luego de que los equipos de los municipios cargaran la solicitud en el sistema.
Contar con este recurso permitió pensar intervenciones con mujeres y diversidades en contexto de violencias con posibilidad de acceder a un recurso económico que, en la mayoría de las veces, fue para pagar un alquiler, deudas, arreglar sus casas y mucho más.
La violencia económica es un tipo de violencia de género que atraviesa la vida de las mujeres, por lo tanto, es sumamente complejo salir de este círculo si no se fortalece este aspecto de nuestras vidas.
Una de las experiencias de lo que significó para mujeres de nuestra ciudad contar con este recurso es la de Daiana (34 años): “Agradezco al programa AcompañAR porque gracias a él pude construir mi casita para mis dos hijos y para mí. Fue complicado porque sólo tenía una parte edificada que era la cocina (que era de mi mamá), pero en base a eso edifiqué para adelante las dos piezas de los nenes y después el baño y mi pieza. Como disponía de la plata para comprar los materiales, la mano de obra corrió por nuestra cuenta. También recibí asistencia de la Dirección de Viviendas de la Municipalidad con materiales de construcción. Junto con mi papá levantamos las paredes, yo hice la instalación de luz porque tenía que abaratar los gastos y en eso me doy maña. Sólo pude pagar para que techaran y nada más que eso. Me queda mucho por hacer todavía, pero por lo menos creo haber invertido la plata en lo más sagrado que tiene una persona que es un techo donde dormir. Para mí, el programa fue una inversión a largo plazo que no pude haber aprovechado mejor, puedo decir que me separé en una situación complicada pero después de dos años puedo disfrutar de mi casa y de mis hijos libremente. Si alguna persona está atravesando una situación de violencia, ya sea de género o de cualquier otro tipo, es muy importante buscar ayuda. Es difícil salir de situaciones tristes o dolorosas de la vida, pero con mucha fuerza de voluntad se puede lograr lo que a veces nos parece imposible”.
Este testimonio muestra el impacto que tuvo para ella el programa AcompañAR, en tiempos de un Estado Nacional, Provincial y Municipal presentes. Contar con este recurso económico significó para muchas mujeres de nuestra ciudad una transformación en sus vidas, si bien no se trataba de un programa con recursos permanentes, permitía hacer movimientos necesarios en estos contextos sobre todo si se fortalecía con más gestiones desde el Municipio. Como Daiana que pudo avanzar en su hogar y separarse definitivamente de la persona que ejercía violencia de género, otras tantas pudieron alquilar o iniciar un emprendimiento.
La autonomía económica es fundamental cuando se atraviesa violencia de género ya que permite la independencia y un proyecto de vida diferente.
Hoy, por decisión del gobierno de Milei no hay oportunidades como las que tuvo Daiana ya que eliminaron (palabras del vocero Adorni) estas herramientas para nuestra sociedad sin pensar en ninguna otra alternativa.