EJEMPLAR
Leandro “La Mamba” Fiorotto, campeón entrerriano: “El boxeo me sacó de la oscuridad”
Luego de nueve años de sacrificio y de no bajar los brazos en el difícil camino del deporte de los puños, logró el cinturón de los semipesados y le puso el broche de oro a su carrera como amateur.
Leandro “La Mamba” Fiorotto alcanzó el fin de semana pasado, en Concordia, el título de campeón entrerriano en la categoría hasta 81 kilos, al vencer por puntos al colonense Marcos “King Kong” Alcoba, al cabo de cuatro rounds.
El triunfo más importante, hasta ahora, de su carrera como boxeador se dio en el final de su camino en el campo amateur y su proyección al profesionalismo. Detrás de la obtención del cinturón hay una historia de resiliencia, superación, sacrificio y disciplina, que el protagonista de la historia detalló en una entrevista con Ahora ElDía.
Leandro Fiorotto recibió el apodo de “La Mamba” por su entrenador Esteban “Oso” López cuando se encolumnó a su gimnasio. De familia históricamente ligada al fútbol (es hermano de los mellizos Federico y Víctor Fiorotto, reconocidos jugadores de Juventud Unida y de la Liga local e hijo de Armando, profesor de educación física y entrenador), reconoció que siempre le gustaron los deportes de combates y que en su etapa escolar era peleador.
Su primer contacto con el boxeo fue a los 13 años, cuando su padre lo llevó a los Galpones del Puerto, donde se encontraba Gaspar Saucedo, una eminencia del pugilismo local. Con él, entrenó durante seis o siete meses y luego reconoció que, “Tomé malas decisiones y me volqué a la calle”.
“Si bien en mi adolescencia jugaba al fútbol, me desvié en el camino y tuve problemas de adicciones con las drogas. No era un pibe malo, pero a los 21 años no tenía un norte y ya era padre de una nena”, profundizó.
El clic para cambiar su calidad de vida fue hace nueve años, a fuerza de propia voluntad, y el boxeo fue la puerta que le abrió el camino para salir adelante. “En mi objetivo de dejar atrás los malos hábitos, empecé a entrenar taekwondo y muay thai. Un día un amigo me invitó a ver una velada del ‘Oso’ López, me acerqué a él y fue decidido a manifestarle que quería empezar boxeo. Al poco tiempo me hice la licencia y empecé a competir".
“Este deporte me dio una disciplina tremenda, con el cuidado del cuerpo, el entrenamiento, la alimentación, el descanso y el respetar horarios”, expresó. “Una noche puedo salir al boliche y disfrutar el momento sin tomar alcohol y consumir sustancias. El boxeo me sacó de las adicciones y mirá que estaba perdido”, reafirmó.
“Este deporte me dio una disciplina tremenda, con el cuidado del cuerpo, el entrenamiento, la alimentación, el descanso y el respetar horarios. El boxeo me sacó de las adicciones”.
“Miro hacia el pasado y estoy orgulloso de lo que logré. Agradezco a mi padre, que fue quien me llevó por primera vez a un gimnasio, madre, hija, novia y familia en general, que me bancaron en las malas. También al Oso López y al club La Vencedora, a mis colegas Tomás Laclau y Fran Bidegain, a mi psicólogo Martin Schulze, por creer en mí y ayudarme a crecer, A mí abuelo Getulio, mi abuela Mari, Gonzalo, Chapa, Francisco y Blas, quienes me acompañan desde el cielo”, añadió sobre las personas que lo ayudaron a encauzar su vida y su carrera deportiva.
La cumbre de La Mamba en el boxeo se dio a los 32 años, cuando el 22 de noviembre pasado se coronó campeón entrerriano de los semipesados, al vencer en las tarjetas a Marcos “King Kong” Alcoba.
“El título me generó un gran desahogo, por todo el sacrificio que hago como boxeador durante todo el año. Con el correr de los días caí en la realidad de lo que logré, a partir de los saludos de familiares, amigos y colegas del boxeo y es una satisfacción enorme para mí”, indicó.
“Hace dos años había perdido el título de los 75 kilógramos frente a Gerardo Mansilla en los Galpones del Puerto. En aquel momento no tenía demasiada experiencia, pero llegaba con un récord positivo importante. Lamentablemente no se dio la pelea que había planeado y la derrota fue como un baldazo de agua fría, porque me sentía campeón antes del combate.
Entonces me costó reponerme y encima se me cerraron puertas para ir por un título entrerriano. Hasta que cayó esta oportunidad del cielo, que no esperaba, porque estoy con los estudios para hacerme la licencia profesional. El cinturón es un broche de oro a mi carrera como amateur”.
Sobre su desempeño en la pelea que le dio el título, analizó: “Nunca quedo conforme del todo, siempre pienso en exigirme más. Salí un poco tenso y me sentí incomodo al inicio del combate. Cuando llegué a la esquina, el ‘Oso’ López y ‘Tomi’ Laclau, quienes me acompañaron, me dijeron ‘que había regalado el primer round y que no estaba aprovechando la oportunidad que tanto anhelaba’. Fueron las palabras que necesitaba, porque a partir de ahí hice el quiebre. Salí a quemar las naves, hice un gran desgate y, más allá del cansancio, empecé a meter las mejores manos y gané con claridad”.
Ahora, el sueño de “La Mamba” es convertirse en boxeador profesional y así lo reafirma. “Mi objetivo este año era cerrarlo con una pelea rentada o al menos tener la licencia. Por eso, creo que en Concordia fue mi último combate como amateur".
Fiorotto se crió en los rincones de Juventud Unida y es confeso hincha del Decano, más allá del cariño y el sentido de pertenencia hacía La Vencedora, el club que lo acobijó en el boxeo. En un futuro sueña conectar su deporte con la entidad de su barrio.
“Hace un tiempo atrás se había hablado de una velada en Juventud, pero finalmente no se dio. Me encantaría pelear profesionalmente en la cancha de fútbol o de básquet con el acompañamiento de la hinchada. Es un sueño que me gustaría cumplir”, finalizó.