Higiene y teoría del justo medio

Obsesionarse con la higiene puede conllevar riesgos, paradójicamente, para la salud, dice una moderna teoría científica. Se trataría de buscar, por tanto, el "justo medio" aristotélico. Algunos de los juicios emitidos por el filósofo Aristóteles hace veinticuatro siglos por lo visto no han sido superados. Nacido en el año 384 en Estagira, ciudad colonia de los griegos en Macedonia, este sabio de la antigüedad dejó muchas enseñanzas.En su escrito "Ética a Nicómaco", en una de sus partes, señala que la virtud ética es un hábito de elección que conduce a optar por el equilibrio entre dos extremos viciosos ("justo medio")El justo medio es la moderación en la vida del hombre. Es importante su práctica porque excluye los dos extremos: el exceso y la carencia, que son igualmente nocivos.Aristóteles ilustra con muchos ejemplos su pensamiento. "La violencia desmedida, los ejercicios o falta destruyen igualmente la fuerza", sostiene. Además, "los alimentos en grande o pequeña cantidad destruyen la salud, mientras que, por lo contrario, tomados en debida proporción, la sostienen y la aumentan".Y añade: "el medio puede ser la magnificencia, porque puede establecerse una diferencia entre el hombre magnífico y el hombre liberal: el uno posee grandes riquezas, el otro pocas".Pues bien, practicar la higiene está bien, pero extremar la limpieza puede afectar en un punto el sistema inmunológico, haciendo a las personas más débiles ante las enfermedades infecciosas.La Hipótesis de la Higiene, recién elaborada por un grupo de científicos norteamericanos, postula efectivamente que los ambientes ultralimpios y la falta de exposición a bacterias y otros agentes infecciosos podrían disminuir las defensas del organismo.Los productos usados erróneamente, en exceso o de forma casi obsesiva, pueden hacer que el sistema inmunológico se vuelva perezoso, al no poder ejercitarse por falta de agentes contra los cuales defenderse.La primera evidencia científica de esta hipótesis fue obtenida por un grupo de médicos del Brigham and Women's Hospital de Boston, según consigna la prestigiosa revista Science.Si el sistema inmunológico, llamado a lidiar con microorganismos, bacterias, virus y parásitos, no realiza normalmente su actividad, porque un entorno ultralimpio se lo impide, tiende a debilitarse.Se llaman domisanitarios a aquellas soluciones o preparaciones destinadas a la limpieza, lavado, odorización, desodorización, higienización o desinfección de ambientes en el hogar.La lista de esas soluciones es interminable: detergentes y jabones líquidos o en polvo, lava vajillas, acondicionador de ropa, prelavado, cera y lustrador de pisos y muebles, aromatizante de ambiente, agua lavandina, insecticida, repelente de insectos, desinfectante de agua para beber y de pileta de natación, etc.La Hipótesis de la Higiene sugiere usar estas cosas, pero en su justa medida. No sólo por la peligrosidad de los productos de limpieza -un exceso de desinfectantes puede generar olores o vapores que afecten a las personas- sino porque su uso en exceso termina dañando al sistema inmunológico.De esta manera, la higiene le estaría dando la razón, veinticuatro siglos después, a la teoría aristotélica de que en el medio residiría la virtud de las cosas.Por un lado, así, es conveniente practicar la higiene, pero sabiendo que la exposición prolongada a un entorno hiper esterilizado (no natural) puede disminuir nuestra capacidad inmunológica.
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