Cyborg, el modelo humano cibernético
El cine de ficción ha logrado popularizar un nuevo espécimen posthumano, el 'cyborg', un ser parte hombre y parte máquina. Sin embargo la robótica aplicada al cuerpo humano ya está entre nosotros.Iron Man, Dr. Octopus, Darth Vader, La Mujer Biónica, Robocop, son algunos personajes que la industria del entretenimiento instaló en el público, para sugerir la idea de un hombre "mejorado".Cyborg, por tanto, es una forma de vida humana o de otro tipo que se ha modificado con maquinaria o tecnología para un mejor funcionamiento. Aquí la tecnología permite al ser humano cambiar su entorno material o virtual para satisfacer sus necesidades.Es algo distinto del 'androide', por ejemplo, que es un robot antropomórfico carente de elementos orgánicos o un humanoide manufacturado tecnológicamente. Como es el caso, en el cine, de Astroboy o Terminator.Después está el 'robot', que es un aparato electromecánico, relativamente autónomo que puede tener cualquier forma de uso. También han fascinado a los espectadores desde la época del cine mudo.Pero el tema de la fusión de la máquina con el cuerpo humano (cyborg) dejó de estar en el plano de la ficción, ya no remite a visiones futuristas imaginarias, sino que se ha convertido en algo concreto.La ciencia está haciendo que convivan fantasía y realidad, a partir de que hay personas que poseen máquinas en lugar de brazos, piernas u ojos. Neil Harbisson, por caso, es famoso en el mundo por ser el primer cyborg reconocido por un gobierno.Este artista plástico de 31 años nació con acromatopsia, una enfermedad congénita por la que ve el mundo en blanco y negro. Pero hace un tiempo un médico le implantó el Eyeborg, una antena que tiene instalada en la cabeza.Dicho dispositivo cuenta con un sensor que capta los colores que está mirando y envía la información a un chip situado en la nuca de Harbisson, que transforma las frecuencias de luz en frecuencias sonoras que él escucha a través de los huesos de su cráneo.Se considera el primer cyborg reconocido porque en la foto de su pasaporte, otorgado por el Reino Unido, su país de origen, el joven aparece con el dispositivo en la cabeza.En tanto en nuestro país, en Córdoba, hay otro ejemplo de cyborg. Se trata de Juan Maggi, quien pese a haber contraído poliomielitis cuando tenía un año de edad, lo que le imposibilitó caminar, es un deportista con equipos adaptados.Y hace poco se convirtió en la primera persona en el mundo en adquirir un C-Brace, un exoesqueleto biónico, que le permite caminar. Se trata de un aparato muy complejo con un sistema de agarraderas de fibras de carbono, un pistón hidráulico en la rodilla, y una barra de carbono que hace de pantorrilla.Estos casos, como otros en el mundo, donde la tecnología está cambiando la vida de muchas personas, sugieren que se avecina un mundo donde se rompe la frontera entre la naturaleza y el artificio, entre el cuerpo y la máquina.Pero la aparición de seres humanos donde se combinen los elementos orgánicos y dispositivos cibernéticos, que ha dejado de ver al cyborg como una criatura de ficción, introduce otros interrogantes."En breve comenzará una hibridación entre el ser humano y la máquina, con la consiguiente desigualdad social, económica y cultural que generará esta dependencia", asegura Antonio López, autor del ensayo "La brecha robótica. ¿Una nueva frontera en el siglo XXI?".En su opinión, no todo el mundo va a tener acceso a la robótica, un recurso que de distribuirá de manera desigual, según el poder económico de cada quien.
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